Las personas vamos dejando rastro
allí donde construimos nuestra vida. Pero la mayoría de personas no
desarrollamos nuestra vida en un solo lugar, si no que nos transferimos a
varios sitios. Esto conlleva dejar una parte de tu vida en ese lugar, una
plaza, festejos, amigos…
Esto provoca una modificación de
nuestra personalidad, es vida que dejas atrás.
Son lugares donde te tomabas una coca-cola,
mientras veías como los turistas se refrescaban en la plaza de los naranjos de
la mezquita. Como las palomas se acercan a ti pidiéndote grano para comer. De
repente una pareja tira una moneda y imploran un deseo a sus creencias.
Llega la hora del carnaval. Has
estado trabajando en el disfraz desde hace varios meses, para una semana en la
que te conviertes en un personaje de ficción, un elemento electrónico, una
pieza de comida.
Pero sobretodo dejas atrás a las
personas, el contacto con tus amigos, las regañinas de tus profesores, los
achuchones de tus vecinos, todo se queda en el lugar donde lo hiciste.
Todo esto lo dejas atrás, todo es tu
propia ruina.
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